Extraños visitntes

martes, 4 de diciembre de 2007

Refelxión para el tiempo de Adviento

"Qué la Navidad no nos traiga sólo cuentos para niños, por hermosos que sean, o los resplandores del árbol navideño y las canciones infantiles.
El recuerdo de Jesús, que en las diferentes confesiones, ha encontrado una expresión tan varia, posee para cada uno de nosotros el valor de un nuevo impulso hacia arriba, de un ejemplo escencial.
Aunque la idea de la redención del mundo puede ser distinta en cada individuo, lo importante para todos, es principalmente el pensamiento de la redención por el amor.
No es el coro de los ángeles de Navidad el que nos exhorta a buscar esta redención.
A ello nos invitan las voces de los grandes pensadores, poetas y artistas y el valor profundo de estas voces consiste en que anuncian una realidad, un camino y una posibilidad que está viva en todo corazón humano.
Por eso la Navidad, al igual que todas las fiestas, no debe ser una mirada retrospectiva, sino un esfuerzo por despertar y reforzar en nosotros la buena voluntad.
Pues la promesa está hecha a los hombres de buena voluntad.

No somos hombres de buena voluntad si nos contentamos con lamentar lo perdido y recordar lo que ya no tiene remedio.
Somos hombres de buena voluntad cuando despertamos lo mejor y lo más vivo de nosotros mismos y seguimos la voz de esta conciencia nuestra.
El que toma esto en serio y renueva su compromiso de permanecer fiel a lo mejor de sí mismo, es el que se encuentra en la buena disposición para celebrar la fiesta.
Y sólo para él, tendrán valor y simbolismo las campanas festivas y las luces de los cirios, las canciones y los regalos."


Pequeñas Alegrías / Acerca de la Navidad / Hermann Hesse, 1917.

No hay comentarios.: