Cuando logras encontrar a un hombre correcto, puedes incurrir en tres errores:
Hablar cuando no te corresponde, es decir, precipitación;
no hablar cuando deberías hacerlo, que es lo que se llama ocultación;
y hablar sin notar la expresión de un hombre, que es lo que se llama ceguera.
Con fe no duele menos, pero se camina distinto
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Uno de mis yernos —que me ha dado permiso para mencionarlo— lleva tiempo
con el corazón entreabierto hacia la fe. Su alma empieza a intuir algo más
gr...
Hace 1 semana.
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