"Había que darse prisa y él no podía;estaba confundido por su lentitud en el trabajo.Había querido hacerlo todo en un día y tenía una dificultadterrible para ejecutar la menor labor. Lo peor era que secansaba de ella cuando estaba aún en los comienzos.Sus sueños pasaban, y él mismo pasaba; mientras estabahaciendo una cosa, lamentaba no hacer otra.Parecía que le bastase haber elegido uno de sus hermosostemas, para que el hermoso tema dejase de interesarle.De este modo, todas sus riquezas le eran inútiles.Sus pensamientos sólo eran vivos a condiciónde que no los tocara; todo lo quelograba alcanzar estaba ya muerto.Era el suplicio de Tántalo:al alcance de su mano unos frutosque se volvían de piedra, no bien los cogía;junto a sus labios, un agua fresca,que huía cuando se inclinaba hacia ella ".Juan Cristóbal / Arenas Movedizas / La Rebelión. Cap I
Cuando cuidar es dejar ir
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*Ella está de pie junto a la ventana, como si la hubiera sorprendido en un
momento de duda, en ese limbo entre la indecisión y la resignación. Se ha
d...
Hace 3 semanas.
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